En la última década, el fraude digital se ha convertido en una de las principales amenazas para el sector financiero. Cada día, millones de transacciones atraviesan complejos ecosistemas digitales que exigen respuestas más ágiles, inteligentes y automatizadas. Sin embargo, muchas instituciones aún operan con sistemas de monitoreo que no logran adaptarse al ritmo del fraude moderno: herramientas fragmentadas, reglas obsoletas y procesos manuales que consumen tiempo y recursos.
¿Tu sistema antifraude realmente está detectando lo que debería?, ¿O estás perdiendo tiempo, dinero y eficiencia por no optimizarlo? En un entorno donde los atacantes evolucionan más rápido que las defensas, la analítica avanzada y la automatización se vuelven clave para transformar la gestión antifraude y recuperar la eficiencia operativa.
Actualmente, las entidades financieras no aprovechan al máximo sus sistemas de monitoreo transaccional antifraude, lo que traduce en altos costos operativos y pérdidas por fraude que podrían ser evitadas con el uso de herramientas analíticas y de optimización.
La mayoría de las instituciones utilizan sistemas basados en reglas para la detección y prevención de transacciones fraudulentas. Estas reglas, en general, son creadas y calibradas de forma individual, buscando atacar patrones de fraude específicos. Con el paso del tiempo, los sistemas se llenan de reglas que van perdiendo efectividad, lo que termina generando baja detección de fraude y altos niveles de fricción con los usuarios, incrementando las pérdidas y afectando la reputación de la entidad.
Adicional al problema de las reglas que pierden vigencia, existen ineficiencias en el proceso que golpean directamente los costos operativos, como son la alta cantidad de recursos y el tiempo que se dedica a procesar grandes volúmenes de datos, bien sea para crear y calibrar reglas o para obtener informes y reportes de indicadores. Estos recursos podrían estar enfocados en otras tareas que generan mayor valor, como son la gestión oportuna de alertas, la revisión y corrección de vulnerabilidades, entre otras.
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Ante este panorama, surge SARA (SmArt Results Agent), una solución diseñada para potenciar los sistemas antifraude que las entidades financieras ya tienen implementados sin necesidad de reemplazarlos, mediante técnicas de analítica descriptiva, analítica prescriptiva y algoritmos de optimización, para mejorar los resultados en detección, reducir la fricción con los usuarios y disminuir los costos operativos.
SARA es una solución 100% SaaS que se compone de 4 módulos:
El banco más grande de Colombia y uno de los más importantes de Latinoamérica, Bancolombia, implementó esta herramienta en el año 2024. SARA analizó más de 5.000 millones de transacciones y protegió a más de 19 millones de usuarios. Al implementar la solución, los niveles de detección de fraude se incrementaron en más de 30 puntos porcentuales.
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La clave no está solo en detectar más casos de fraude, sino en hacerlo de forma eficiente, automatizada y con el menor impacto posible en la experiencia del cliente. Gracias a la automatización y a la reducción de reglas ineficientes, SARA permite a las entidades financieras enfocar sus recursos en actividades de mayor valor, reducir falsos positivos y mejorar la retención de usuarios. Esto se traduce en un mayor crecimiento de la entidad a mediano y largo plazo.
Es momento de transformar tu estrategia antifraude. Conoce cómo SARA puede ayudarte a proteger mejor a tus clientes y a fortalecer tu sistema de defensa contra el crimen financiero.